Archivo hispano cubano
Jorge CastellanosCultura afrocubana: 1 α 1 2 3 4 ω · 2 α 1 2 3 4 ω · 3 α 1 2 3 4 ω · 4 α 1 2 3 4 5 6 ω

Imprima esta página Avise a un amigo de esta página

 
Jorge Castellanos & Isabel Castellanos, Cultura Afrocubana, tomo 4, capítulo 1

Jorge Castellanos & Isabel Castellanos

Cultura Afrocubana, tomo 4,
Letras · Música · Arte

Capítulo 1. El negro en la novela cubana (1900-1959)

Ediciones Universal, Miami 1994, págs. 37-86

Ya lo hemos comprobado cumplidamente: el negro forma de tal modo parte inseparable de la realidad social cubana desde el comienzo de la Conquista que, no por casualidad, su primera aparición en las letras del país ocurre en su monumento literario más antiguo, el poema épico-histórico Espejo de Paciencia, escrito por Silvestre de Balboa en los comienzos del siglo XVII. Por mucho tiempo, sin embargo, el tema negro tuvo mero carácter marginal en la poesía lírica criolla (por ejemplo, en la obra de Plácido, en alguna composición aislada, como La Mulata de Francisco Muñoz del Monte, y en un puñado de poemas antiesclavistas). En verdad no ocupa puesto destacado en ella hasta bien entrado el siglo XX, con el movimiento «negrista», que pronto examinaremos. Lo inverso sucede en el teatro popular o vernáculo y en la novelística, donde la población «de color» está ampliamente representada: en la novela, como elemento clave de la propaganda abolicionista que estudiamos en detalle en los volúmenes I y II; en las tablas, como ingrediente del «teatro bufo» al que pronto dedicaremos atención en este tomo.
Hasta la abolición definitiva de la esclavitud en 1886 y la inauguración de la República en 1902, cuando el negro aparece en la literatura cubana generalmente lo hace como siervo o como bufón. A partir de la Independencia su papel es otro. Después de su decisivo aporte a los ejércitos mambises en el 68 y el 95 ¿quién se atrevía a negarle a la población «de color» su mérito como integrante del conglomerado patrio? Hoy resulta evidente que los Estados Unidos salieron de Cuba en 1902 no sólo por las promesas de la Resolución Conjunta, sino porque se convencieron de que, pese a todos los residuos divisionistas del pasado (que ellos seguían alentando) la unidad cubana, con su implícito consensus inter-racial, no se había resquebrajado bajo los golpes del intervencionismo imperialista. Y ese hecho decisivo indicaba que un escamoteo abierto y absoluto de la autodeterminación nacional de la Isla seguramente conduciría a gravísimos conflictos, aun peores que los coetáneos de las Filipinas.

Facsímil del original impreso de este capítulo en formato pdf

 

www.hispanocubano.org